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La luna en el espejo.

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  Conoció a su prometido, meses después de la muerte de sus padres, se haría  cargo de los trabajos necesarios y del mantenimiento de los bienes heredados; de la casa y de las parcelas, la mayor parte del día era su ocupación y se abstraía del mundo que toda mujer anhelaria.   Se levantaba al primer canto del gallo despues de pasar la noche en vela, probablemente terminando las ultimas tareas; eso suponia  la gente de los alrededores y vecinos al ver una luz encendida a altas horas de la noche, casi al amanecer   Luego de esos largos meses de luto y frenesí, en una situación inesperada de una primera conversación, se dieron las citas posteriores y luego de un par de meses se acordó el compromiso. En una semana se hicieron los preparativos, y en dos más se celebraron las nupcias    Eso era lo que necesitaba para olvidar el hecho de que estaba sola con todas las responsabilidades, la falta de un hombre para aligerar la carga de los deberes; y  ahora lo tenía a él a su lado.   Era hermosa

Mala fortuna (fortune cookies)

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La policía se encontraba en una encrucijada, el detective a cargo solo tenía una pista en particular y ese era su punto de partida,  en cada asesinato se había descubierto en la escena lo que parecía ser una sentencia anterior a la muerte de los mencionados, escrita en un pequeño papel con una máquina de escribir; abstracto y subjetivo, dando lugar a demasiadas conjeturas, poco en lo concreto y absolutamente nada para encontrar al autor de los crímenes.  Tenía conocimiento del significado tradicional, mantuvo la idea de que solo era por buenos deseos, nunca creyó que en estos casos pudiera ser para una desagradable fortuna.  En una de esas frases marcadas en ese pequeño papel, formulaba el momento previo a la muerte del susodicho: "Es tu día de suerte pero, antes del atardecer vas a perecer" o "Considérate afortunado, perderás todos tus bienes y antes de una semana te encontrarás en la tumba".  Estos fueron uno de los primeros indicios.  Los involucrados le dieron l

¡Veo gatos en la guerra!

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  "Los muertos susurran en las tumbas y en el silencio la muerte ignora un futuro. ¡No sé! El insecto más pequeño tiene una leve sensación de existencia en la misma tierra donde cohabitan con los muertos.   Los gatos nunca maúllan solos cuando se acerca algún peligro, guerra o alguna plaga que se extenderá entre congéneres y alrededores, como sucedió en la historia.  ¡Eso es lo que dicen los anales!   Es posible que esos gatos que maúllan  adviertan los disparos de un fusil, de la caída de un misil y luego la ciudad arda.   Lo intuían desde antes de la guerra, mucho antes de que se proclamara. Entonces ante cada cuerpo indolente sus maullidos serán breves, se habrán inhibido anticipando y esperando otro nefasto acontecimiento.   Los escombros han destrozado las sonrisas y se escuchan los gritos acompañados de los lamentos a lo lejos, en la lejanía y con el ruido de los aviones que dejaron devastación.   Es el paralelo entre la vida y la muerte.    Y en el alto el fuego bajo los es

La otra muerte de Gregorio Samsa

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  Antes de tratar conciliar el sueño se  encontraba dentro de un paisaje que lo adentraba en un tiempo ,y que reconvenia en un pasado hasta hace unas breves momentos sucedido, como una ensoñación; y era en esos breves instantes cuando le venía a su cabeza la rutina que ejercía cada día.   El hecho de llegar a casa deshacerse del abrigo y ponerlo en el perchero, preparar el café a la hora predispuesta con tal puntualidad como la haría desde que ocupará su apartamento por el cambio de residencia de trabajo.   Debía guardar ciertas apariencias y en realidad era una persona honesta, entrañable por los viejos amigos ,nada tenía por ocultar ante terceras personas.   La noche transcurrió como un preámbulo a proseguir para el siguiente día con la esperanza de que las cosas serían mejor y, pensó habrá algún momento en que se vería con tranquilidad, con una vida realizada y con su propia familia; eso era lo que ambicionaba.   Era, sin darse cuenta, una vida con  convencionalismos soc

Podredumbre.

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  En el transcurso de los días el tren avisaba su paso para romper la monotonía, en ocasiones despejaba la somnolencia y su pesadez, rompía la tranquilidad que se disimulaba y se olvidaba el ocio como el hastío de las horas restantes.   A diferencia del sol que impregnaba desde el amanecer ,al comenzar la noche  se escuchaba el sonido gelido del viento, un poco lúgubre como un largo gemido; y me parecía que rondaba en los alrededores de la casa  pues, trataba de saber de dónde provenía y en qué sentido se perdía el afluente. Suponia que lo hacía entre las viejas calles que apenas vislumbraban alguna luz, que incluso cuando ese gemido lo escuchaba rozar la ventanas entreabiertas llegaba a intimidar.        En el paraje que me encontraba cruzaba un río con asentamientos de miseria, eso era lo primero de lo que te percatabas y a simple vista era una condición indudable,  poco creíble, pero así era.   Vagaban los perros buscando un poco de alimento y respetase su hambre. Los ho

La mesa y el escritor.

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  Lo que quisiera preguntar resultaría irrelevante, han pasado algunos años y al percatarse del cansancio que le invadía y con una pobredad intelectual que resultaba decepcionante, su espíritu olvidó debatir entre las certezas y la credulidad del porvenir.    Sus ambiciones eran reflejadas sobre aquella mesa en la que sostuvo con amenidad las visitas regulares, quiénes le veían como un verdadero escritor y conocían sus afectos, intenciones y predilección.    Sus convicciones las asimilaba, por completo, en la derrota personal y eso le haría caer en un suelo que había caminado tantas veces cuando la desilusión llegaba en el momento menos conveniente, un poco impertinente.   Sentía la necesidad de encontrarse con alguien más, aunque fuese algún desconocido a lado de esa mesa en una larga conversación con sinceridad y desahogo; imprecar de su ego intelectual de sapiencia y en el viejo arte de escribir. En la mediatez de poseer lo apreciado como también los méritos cubiertos de polvo,  la

Josef Vrykolakas. El Upir.

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En la época de Maximiliano de Habsburgo en que había disputas en las tierras Mexicanas, por querer imponer a un Emperador, cuándo necesitó el príncipe de las legiones austro-hungaras en sus tropas. El hecho histórico de sus diferencias son parte de los relatos que se dieron por las cuestiones políticas existentes que en su momento causó discordia.  Entré la inconformidad que corría por los caminos y poblados dónde las tropas que apoyaban a Maximiliano tuvieron enfrentamientos, lo acontecido en las filas y el tropel de los caballos; con los sucesos que dieron muerte y enfermedad, y que afectaron a la población de estas mismas tierras; con las suposiciones y la veracidad de los hechos lo relatado parece inverosímil. En aquéllas legiones que llegaron de aquel lado del mundo, y entré las filas un hombre que en un principio tuvo por la deserción, y que por instigación de sus superiores de llevar un compromiso con el Emperador participaría en las sucedidas batallas. Era conocido como Josef V